Las Fórmulas Magistrales Chinas (FMC) son preparaciones complejas que utilizan ingredientes de origen vegetal, mineral y animal, comprobados por el uso y con efectos terapéuticos comprobados a través de la literatura y los libros de texto chinos, derivados de la acumulación de experiencias y la mejora de las conclusiones teóricas de generaciones de los médicos chinos más activos. Son fórmulas milenarias y de presentación en extracto seco, tés, pastillas de té, tinturas, siendo el extracto seco el que mejores resultados da, en mi opinión. Los extractos secos se concentran a partir de hierbas o formulaciones a base de hierbas, producidos utilizando técnicas modernas de extracción, concentración, secado y granulación.
Para el uso de las Fórmulas Magistrales Chinas es necesario tener un buen dominio de las teorías de la Medicina Tradicional China (MTC), que son la base para establecer un diagnóstico correcto y así posibilitar la prescripción correspondiente.
Las fórmulas magistrales son una preparación de varias hierbas diferentes, en diferentes proporciones, creando una combinación armónica para lograr el efecto deseado en el tratamiento de la desarmonía de cada paciente.
El tratamiento con fórmulas chinas es una opción en el tratamiento solo o combinado con medicina alopática, homeopatía, acupuntura, entre otras terapias naturales, siendo una herramienta muy eficaz para mejorar la salud de los pacientes.
La medicina herbal china ofrece un tratamiento seguro y natural, alternativo a la medicación convencional, para el tratamiento de muchas enfermedades, como insomnio, depresión, ansiedad, problemas digestivos, asma, alergias, problemas menstruales, problemas de fertilidad, sobrepeso, tendinitis, dolores generalizados o localizada, entre muchas otras, ya que trata al individuo de forma integral, yendo a la raíz del origen de la enfermedad.
La frecuencia con la que veo a mis pacientes también aumenta la seguridad. No conviene dar una fórmula durante todo un año y reponerla sin reevaluar al paciente. No deben pasar más de ocho semanas antes de una nueva reevaluación. Y si hay algún cambio en la condición o síntoma, el seguimiento debe ser en pocos días o semanalmente para ajustar la fórmula según sea necesario.